PIRULETAS DE JAMÓN Y QUESO


Hoy os dejo una receta muy fácil pero que queda muy resultona para presentar como entrante en una mesa con varios comensales. Las podéis poner al centro para compartir. Todos picarán porque quedan muy atractivas y además cuando las prueben querrán más porque están buenísimas. Yo las hago muchas veces cuando mis hijos vienen de entrenar a última hora de la tarde y traen un hambre canina, justo cuando ni ya es hora de merendar ni de cenar aún. Estas piruletas le llenan y no les quita las ganas para la cena. Probadlas y repetiréis...

Queso rallado en polvo
Taquitos de jamón serrano

Precalentamos el horno a 180º. Ponemos en una bandeja papel sulfurizado. Colocamos encima varias brochetas de madera o palillos chinos que son los que yo suelo usar, me da la sensación de que aguantaran mejor el peso de la piruleta. Echamos montoncitos de queso rallado en el extremo de la brocheta o el palillo esparciendo como si fuera una piruleta. Espolvorear con taquitos de jamón. Meter en el horno unos 10-12 minutos. Cuando veáis que el queso empieza a dorarse, estarán listas. Tener cuidado de que no se queme en exceso. Sacamos la bandeja y dejamos enfriar las piruletas en ella para que el queso endurezca. Cuando ya estén un poco duras se sirve inmediatamente. Ese es el único truco que tiene esta receta. Si se enfrían demasiado el queso perderá ese sabor crujiente. Podéis presentarlas en varios vasos de tubo con un lazo atado con motivos navideños repartidos en el centro de la mesa. Quedará muy original. Si os gustan otros sabores, podéis combinar las piruletas con pipas de girasol o calabaza peladas, trocitos de nueces o simplemente espolvoreadas de orégano. Buen provecho!





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